Que
bien se siente no ser parte de un culto degenerado que solo te exige
que vayas en contra de tu propia naturaleza y te sientas avergonzado
de ser lo que eres, pidiéndote que pases toda una vida pidiendo
perdón, arrepintiéndote por ello y estar esperanzado de una vida
perfecta después de la muerte.
Ser
ateo tiene sus ventajas, sin embargo, existen personas que elevan
bastante este tipo de pensamiento y actitud frente a la vida, hasta
el punto de hacerlo parecer como si fuera el próximo paso de la
evolución humana. Hablo por supuesto, de aquella corriente de
pensamiento que logró sacar al ateísmo del closet donde se
escondía, la cual se llama “nuevo ateísmo”
Esta
no solo se limita a decir “dios no existe”, sino que también
comienza a otorgar ciertos valores morales a quienes estén en esta
vía de pensamiento. Entonces, un ateo es siempre una buena persona
que hace lo bueno porque es bueno y un cristiano no es bueno porque
simplemente hace lo que hace porque es un mandato de su dios.
Decir
que los ateos, por el simple hecho de no creer en la existencia de
una deidad, son buenos es contradecir los hechos que se ven a diario:
no todos los ateos son buenos pues el comportamiento de las personas
no se debe única y exclusivamente a una creencia religiosa, o la
falta de esta. Existen ateos malos, así como cristianos buenos. O
sino pregúntate ¿Las acciones de cientos asesinos que se han
declarado ateos como podrían explicarse?
Jeffrey
Dahmer, famoso asesino en serie de los estados unidos, declaró que
gran parte de sus motivaciones a la hora de matar eran su falta de fe
y su apoyo total a la teoría de la evolución. Pero reitero, soy
ateo, no soy malo, y no digo que todos los ateos son malos, ni que
todos los cristianos son buenos, solo que no creer en una deidad no
te convertirá en un modelo de persona.
Tampoco
creer en dios te hará automáticamente una buena persona.
R.A
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