martes, 14 de enero de 2014

Salvo siempre salvo

José luis de jesus miranda fue el líder del culto religioso “Creciendo en gracia” el cual a pesar de no tener hoy el mismo impacto y fieles seguidores que años atrás, sigue siendo un movimiento grande con muchas sucursales en el mundo; sobre todo en Colombia, país de gente imbécil.

No es mi intensión dar a conocer una larga lista de razones por las cuales se demuestra que esta secta es solo un engaño más, un engaño peligroso y esclavizador para todo aquel que caiga en su garras. Creo que eso lo sabe todo el mundo. Mi verdadera intensión es hacer un pequeño estudio del antiguo líder de esta peculiar vertiente del cristianismo.

José luis, puertorriqueño de nacimiento y drogadicto desde la tierna infancia, fue solo, por mucho tiempo, una pequeña partícula del enorme monstruo de la delincuencia que azota cada rincón del mundo. Hasta que el mismísimo Jesus de Nazaret se integró con él, volviéndose así la segunda venida de Cristo.

Sin importar lo ridícula que sea su historia, no puede dejar de ser interesante la forma en que este insignificante hombre, con un pasado tan indeseable y una personalidad para nada atrayente, pudo doblegar el espíritu de miles, millones de personas que lo consideran un verdadero dios ambulante y harían lo que fuera por él.

Tal vez existen personas, pocas afortunadamente, que nacen con algún tipo de poder inexplicable, “sobrenatural” que les permite ejercer una enorme influencia sobre un gran número de seres humanos, permitiéndoles cambiar su manera de pensar y convertirlos fácilmente en su pequeño (o enorme) ejercito de robots no pensantes.

José luis me recuerda a Charles Manson, otro hippie drogadicto que de alguna manera logró hacer de unos pacíficos e ingenuos jóvenes, asesinos sin remordimientos ni conciencia. O Adolf Hitler quien...armó un tropel muy grande. O el verdadero Jesus histórico quien no me sorprendería si se llegara a descubrir que solo fue un embaucador que se aprovechó de la estupidez de quienes lo rodeaban.

Reiterando, hay personas que sin hacer el mínimo esfuerzo pueden moldear la conciencia y voluntad de centenares, principalmente para satisfacer sus deseos más egoístas y perversos. José es solo uno de los muchos que usan ese poder misterioso para hacer de este mundo algo peor e insufrible. Si esas personas usaran esa facultad en pro del bienestar colectivo, el mundo sería un poco menos horrible de soportar.


Pero eso sería esperar demasiado de una especie autodestructiva.

R.A 

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